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Esperanza Pérez Labrador fue clave para la investigación del juez Garzón.
Este domingo murió uno de los emblemas de la lucha por los derechos humanos en nuestro país, Esperanza Pérez Labrador, madre de Plaza de Mayo. Falleció en Madrid, a los 89 años de edad.
Pérez Labrador, sufrió el asesinato de su esposo y sus dos hijos durante la última dictadura.
El 13 de setiembre de 1976, Miguel Angel, hijo menor de Pérez Labrador y su esposo Víctor, fue secuestrado por represores cuando salía de la casa familiar, y permanece desaparecido. Dos meses más tarde, el 10 de noviembre, fueron asesinados su marido, Víctor; su hijo Palmiro y la compañera de éste, Edith Graciela Koatz.
"Yo me decía: 'Si ya han matado a mi marido y a mis hijos, qué importa que me maten a mí", expresó en cierta oportunidad Pérez Labrador, quien había nacido en 1922 en Camagüey, Cuba.
Todos los días se plantaba ante las oficinas del general Leopoldo Galtieri, hasta que éste la recibió para decirle que la muerte de su esposo fue "un error" pero que sus hijos eran montoneros. Esperanza se lanzó entonces contra él, lo tomó de la pechera del uniforme y le gritó "¡Asesino, Criminal!".
La historia de esta mujer es una de las razones por las que, en 1996, el juez español Baltasar Garzón decidió abrir un proceso contra la dictadura argentina.
"Acompañamos a sus familiares con un cálido y respetuoso saludo. Esperanza, como todas las Madres que se mudan a otro lado, estarás siempre en la Plaza", expresó asimismo Hebe de Bonafini, titular de las Madres.
Q.E.P.D.
Adal
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